Hoy, 13 de abril, se cumplen 35 años de la histórica visita de Juan Pablo II a la sinagoga de Roma, que fue un antes y un después en las relaciones entre católicos y judíos.
En la riqueza de su discurso, el Papa Wojtyla subrayó el vínculo entre el cristianismo y el judaísmo, y refiriéndose a la declaración del Concilio sobre «Las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas», recordó cómo la Iglesia «deplora el odio, la persecución y todas las manifestaciones de antisemitismo dirigidas contra los judíos en todos los tiempos por cualquiera». También quiso subrayar que el «legado» que pretendía recoger era el del «Papa Juan», quien, señaló, «una vez que pasaba por aquí – como ha recordado ahora el Gran Rabino – hizo parar el coche para bendecir a la multitud de judíos que salían de este mismo Templo». Y quisiera retomar su legado en este momento, encontrándome ya no fuera sino, gracias a su generosa hospitalidad, dentro de la Sinagoga de Roma».
Fuentes: Semanario Alfa y Omega (https://alfayomega.es/) y Vatican News (https://www.vaticannews.va/)