Después de casi dos milenios de mutua hostilidad y enajenamiento, nosotros los rabinos ortodoxos firmantes, dirigentes de comunidades, instituciones y seminarios en Israel, Estados Unidos y Europa, reconocemos la histórica oportunidad ante nosotros. Procuramos hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial al aceptar la mano que nos ofrecen nuestros hermanos y hermanas cristianas. Los judíos y los cristianos deben trabajar juntos como compañeros para enfrentar los retos morales de nuestra era.

1. La Shoá [el Holocausto] terminó hace 70 años. Fue la culminación torcida de siglos de vituperio, opresión y desprecio de los judíos, y la consecuente enemistad que se desarrolló entre judíos y cristianos. Mirando en retrospección, la inhabilidad de poner fin al menosprecio e iniciar un diálogo constructivo en bien de la humanidad socavó la resistencia a fuerzas malignas antisemitas que arroparon el mundo con asesinato y genocidio.

2. Reconocemos que desde el Segundo Concilio Vaticano, las enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica sobre el judaísmo han cambiado fundamental e irrevocablemente. La promulgación de ‘Nostra Aetate’ hace cincuenta años inició el proceso de reconciliación entre nuestras dos comunidades. ‘Nostra Aetate,’ y los consecuentes documentos oficiales de la iglesia que inspiró, rechazan de manera inequívoca cualquier forma de antisemitismo, afirman la eterna relación entre D-os y el pueblo judío, rechazan el deicidio y enfatizan la relación especial entre cristianos y judíos, quienes fueron calificados como “nuestros hermanos mayores” por el Papa Juan Pablo II, y como “nuestros padres de la fe” por el Papa Benedicto XVI. Sobre ese fundamento, los católicos y otros oficiales cristianos comenzaron un diálogo honesto con los judíos que ha ido en aumento durante las pasadas cinco décadas. Apreciamos la afirmación de la Iglesia sobre el especial lugar que ocupa Israel en la sagrada historia y en la redención final del mundo. Hoy día, los judíos han experimentado amor y respecto sincero por parte de muchos cristianos, expresado a través de muchas iniciativas de diálogo, reuniones y conferencias alrededor del mundo.

3. Así como hizo Maimónides y Yehudah Halevi, reconocemos que el cristianismo no es un accidente ni un error, sino resultado de la divina voluntad y un regalo a las naciones. Al distanciarse el judaísmo y el cristianismo, D-os quiso que fuera una separación de compañeros con diferencias teológicas significativas, pero no una separación entre enemigos. El rabino Jacob Emden escribió que ‘Jesús produjo una doble bondad al mundo. Por un lado, fortaleció majestuosamente la Torá de Moisés… ninguno de nuestros sabios habló más enfáticamente respecto a la inmutabilidad de la Torá. Por otro lado, removió los ídolos de las naciones y les ordenó a guardar los siete mandamientos de Noé para no comportarse como animales del campo, e instiló cualidades morales profundamente en su interior…los cristianos son congregaciones que trabajan por el bien del cielo, y están destinados a perdurar…, cuya recompensa no les será negada’”…. Ahora que la Iglesia Católica ha reconocido el eterno pacto entre D-os e Israel, nosotros los judíos firmantes podemos reconocer la continua validez constructiva del cristianismo como compañeros en la redención mundial, sin ningún temor de que eso será explotado para propósitos misioneros…. Ninguno de nosotros podremos alcanzar la misión de D-os en este mundo por nosotros mismos.

4. Ambos judíos y cristianos tienen una común misión en su pacto divino de perfeccionar al mundo bajo la soberanía del Altísimo, para que toda la humanidad eleve Su nombre y para que las abominaciones sean removidas de la tierra. Comprendemos los titubeos de ambos lados en afirmar esta verdad, y pedimos que nuestras comunidades se sobrepongan a esos temores para poder establecer una relación de confianza y respeto…. En el pasado, las relaciones entre cristianos y judíos eran frecuentemente vistas como la relación antagonista entre Esaú y Jacob, pero el rabino Naftali Zvi Berliner (Netziv) reconoció a finales del siglo 19 que los judíos y los cristianos están destinados por D-os a ser compañeros amorosos.

5. Nosotros los judíos y cristianos tenemos más en común que lo que nos separa: el monoteísmo de Abraham; una relación con el único Creador del Cielo y de la Tierra, quien nos ama y cuida a todos; las Escrituras Sagradas judías; la creencia en firme tradición; y los valores de vida, familia, rectitud compasiva, justicia, libertad inalienable, amor universal y una futura paz mundial….

6. Nuestro compañerismo de ninguna manera minimiza las continuadas diferencias entre ambas comunidades y religiones. Creemos que D-os utiliza a muchos mensajeros para revelar Su verdad, mientras afirmamos las obligaciones éticas fundamentales que todos tenemos delante de D-os….

7. En imitación de D-os, los judíos y los cristianos debemos evidenciar modelos de servicio, amor incondicional y santidad. Todos hemos sido creados a imagen de D-os, y los judíos y cristianos permaneceremos fieles al Pacto, unidos en nuestro rol activo para la redención del mundo.”

MOTIVO DE ORACIÓN: Ore para que Dios abra los ojos espirituales de los cristianos como los judíos para que lo veamos más de cerca, y que Su voluntad se cumpla en ambos grupos del Pacto divino. VERSO BÍBLICO: “Los secretos del SEÑOR son para los que Le temen, y Él les dará a conocer Su pacto” (Salmo 25:14).

(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos)

Publicado en diciembre 7, 2015

Fuente: https://www.bridgesforpeace.com/rabinos-ortodoxos-cristianismo-es-regalo-las-naciones/?lang=es